Significados

Siempre tengo la misma discusión con una amiga:
-Ella: “Entonces me conecté y el man me dijo hola, le respondí y después de cinco minutos me volvió a responder. Eso significa que ya no le gusto, no?”
-Yo: “No”
-Ella: “¿Entonces significa que ahora le gusta otra vieja también?”
-Yo: “Tampoco. Significa que dijo hola”

Otra amiga estaba saliendo con un tipo que le encantaba. Todo fue un idilio hasta que -por motivos varios- se dejaron de ver dos semanas y ahora ella dice que “las cosas se enfriaron”. No ha sido capaz de invertir un poquito de tiempo viéndose con el tipo pero sí ha invertido tiempo matándose la cabeza pensando en si todo cambió, por qué le gustó en un principio y cómo serán las cosas ahora.

Un amigo está cayéndole a una vieja y cuando le pregunto si sí le gusta en serio sólo me responde “siempre nos quedamos hablando hasta las tres de la mañana”. Como si la condición para poder tener una conversación con otra persona fuera ser almas gemelas.

Otro amigo se emociona cada vez que conoce a una mujer con la que tiene así sea una cosa en común (gusto por las mismas películas, por la misma banda, por las mismas actividades hippie al aire libre) y se aferra a esa cosa como si fuera el eslabón más importante que lo une a ella.

A la gente le gusta buscar significado en las cosas, es algo natural. Sí, hay que intentar entender por qué los demás hacen o dicen algunas cosas en ciertos momentos pero no hay que matarse la cabeza. El problema está en sobreanalizar.

Que a su novio no le “nazca” lavar los platos después de que usted le cocinó algo no significa que el no lavarlos sea una forma críptica en la que él le está intentando decir que usted no le importa y que no la ama. Significa sencillamente que no se le ocurrió.

Que usted pueda hablar por horas con una persona o que tengan muchas cosas en común no significa que instantáneamente sean almas gemelas. Acá no quiero decir que poder hablar fluida y entretenidamente con alguien no signifique nada. Sí significa algo: que pueden hablar porque son dos personas que por algunas afinidades pueden entablar una conversación sin que sea aburrida.

Ya si puedan hablar con alguien por horas y además quieren darle besos y además creen que tienen personalidades que no les van a hacer querer arrancarse las cabezas después de un corto tiempo, es otro cuento.

Pero a lo que voy es que la capacidad de conversar o la coincidencia en un gusto no puede ser la única razón para querer estar con alguien o querer darle besos a alguien. Así como las deducciones forzadas y sobreanalizadas que sacan en su tiempo libre sobre el significado de su relación con otra persona no pueden ser las que tomen las decisiones por ustedes. Y así como no deben asumir que los actos más nimios del otro expresan significados escondidos de los que la otra persona les está intentando dando pistas.